La exposición de Héctor Loyola en la planta alta del MAC consiste en una instalación audiovisual que intenta conjugar arte y ciencia. Usando como punto de partida los experimentos de Thomas Young, el artista utiliza la idea del doble comportamiento de la luz para generar una animación que responde al audio y a la intervención de los visitantes.

Esta instalación busca el diálogo entre la dualidad onda-partícula de los famosos experimentos científicos cuánticos donde se trata de discernir sobre la naturaleza corpuscular u ondulatoria de la luz al pasar esta por pequeñas rendijas (Thomas Young), lo más sobresaliente de este experimento es cuando intervienen para medir por cual rendija pasa el electrón, este se comporta como materia (corpuscular), produciendo un patrón de difracción de dos líneas y no un patrón de difracción de interferencia de muchas líneas (ondulatoria), el simple acto de medir u observar por cual ranura atraviesa el electrón, este decide actuar de manera diferente como si fuera consiente de que lo están observando, es aquí que los físicos entraron para siempre en el extraño mundo misterioso de los acontecimientos cuánticos, cuestionándose si es materia u ondas y qué tiene que ver un observador o medición con cualquiera de estas cosas, el observador colapsó la función de onda simplemente por observar.